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Oigo a muchos padres referirse al móvil y decir eso de ”pero tan malo no será, ¿no?”  y muchas veces me siento tentada de contestar “ni bueno tampoco”.

Aún no se han probado los beneficios del uso del móvil en niños; en cambio, sí que podemos encontrar numerosos estudios que relacionan el uso (o abuso) temprano de las tecnologías con efectos no tan beneficiosos.

¿Porqué es tan malo dejar el móvil a los niños?

La cuestión para mí no es solamente el daño inmediato que pueda hacer el uso del móvil. Es más bien las consecuencias a medio y largo plazo que esto puede tener. Y me refiero a todo lo que se están perdiendo los pequeños por estar delante de una pantalla. Los niños deben jugar, explorar, manipular, correr, saltar…  Mientras el niño está con la Tablet, por ejemplo, no está haciendo estas otras cosas que sin duda favorecen mucho más su desarrollo.

Debemos saber que el uso de pantallas a edades tempranas está muy relacionado con mayores índices de déficit de atención en niños, depresión infantil, alteraciones del sueño e incluso obesidad.  Entonces, hablamos ya de que el móvil no es sólo un elemento que “enganche” como todos ya sabemos, sino que su uso tiene consecuencias negativas para los pequeños.

Las nuevas tecnologías han llegado para quedarse, eso debemos asumirlo. Su incorporación a nuestras vidas ha sido rápida, pero ya forman parte de nuestro día a día. Incluso ya muchos ni nos acordamos de cómo era la vida antes de tener móvil. Justo por ese motivo, porque ya no concebimos una existencia sin teléfono con conexión a internet, se hace más necesario ahora que nunca ser conscientes de la importancia de hacer un uso responsable del smartphone. Y es que el móvil no es un juguete.

Hablamos entonces de que está en nuestras manos prevenir tanto una no tan lejana adicción al móvil como posibles problemas relacionados con el aprendizaje, la atención y la salud física y emocional de nuestros hijos.

Cada vez es más frecuente ver a niños pequeños jugando con el móvil de mamá o papá mientras los padres hacen esta o aquella tarea. A veces, y créanme que les entiendo perfectamente, el alivio que suponen esos 5 minutos de silencio, bien merece saltarse un poco las normas. El problema viene cuando nos acostumbramos al recurso fácil. A usar el móvil en cada situación en la que necesitamos que el niño o la niña no moleste. Los padres sabemos que no es lo ideal, pero ignoramos las consecuencias que puede tener para el menor.

Y si le quito el móvil…

Pero ¿qué ocurre cuando decides quitarle el móvil al niño? ¿Rabieta? ¿Frustración? ¿Ansiedad? Ese momento es terrible.  Puede que lo sepamos e intentemos alargar la llegada de ese momento lo más posible. Pero la verdad es que la mejor forma de evitarlo es no dando lugar. Es decir, si no le damos el móvil para jugar luego no tendremos que quitárselo.

No vamos a ponernos en los extremos, pues la vida no es en blanco o negro. Como decía antes, hemos de aprender a convivir con la tecnología. Para ello, en primer lugar, debemos aprender los padres a hacer un uso responsable de ella. Aprender a respetar cuándo es apropiado el uso de móvil y cuándo no. A veces es complicado incluso para los adultos.  Desde el sentido común, afrontar que no es perjudicial entretener al niño con un video mientras esperamos en una silenciosa sala de espera no acondicionada para niños, por ejemplo. Pero también es recomendable que no se convierta en un hábito.

El uso de móviles y tablets para niños debe tener unas pautas mínimas:

  • Nada de libre acceso al móvil o a internet a los menores. El uso debe estar siempre supervisado o establecido por un adulto. Los niños no tienen capacidad para decidir cuánto tiempo es adecuado usar la Tablet, ni qué contenidos poder ver y cuáles no en internet.
  • Tiempo de uso limitado. Habrá momentos en que necesitemos “entretenerlos” con el móvil. Pero habrá otros en que el niño pida el móvil por costumbre o aburrimiento. Es en esas ocasiones cuando debemos decir “NO”. Sin miedo. Así de tajante. Un No a tiempo puede evitarnos muchos conflictos futuros con nuestro hijo.
  • En la medida de lo posible, a la hora de entretener al pequeño en una situación determinada, sustituir el móvil por un juguete adecuado a la edad del niño.

 

Recuerda siempre que educar es un ejercicio de responsabilidad, nadie dijo que fuera fácil, y a veces conlleva más esfuerzo de lo que nos contaron antes de ser padres.

 

Elisa López

10 en Conducta
Psicóloga Infantil Málaga

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