Cada vez es más frecuente ver a niños pequeños jugando con el móvil de mamá o papá mientras los padres hacen esta o aquella tarea. Lo importante es lo que se están perdiendo los niños por estar delante de la una pantalla. Y es que el móvil no es un juguete.
Con el ritmo de vida que llevamos, las prisas en nuestro día a día, es complicado ver el exceso de estímulos y la falta de tiempo a la que están sometidos nuestros hijos. Os propongo cómo evitar la sobre-estimulación, volviendo a lo más simple.